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Behind Closed Doors: Art in the Spanish American Home, 1492–1898

DATES September 20, 2013 through January 12, 2014
ORGANIZING DEPARTMENT Special Exhibition
  • Behind Closed Doors: Art in the Spanish American Home, 1492–1898/ Puertas Adentro: Arte en la Casa de la América Española, 1492–1898
    Behind Closed Doors: Art in the Spanish American Home, 1492–1898 explores private life and luxury in Spain’s wealthy overseas territories. By the eighteenth century, Spanish America was home to some of the world’s richest people, thanks to the region’s natural resources and burgeoning market economy. Living at the center of the Pacific and Atlantic trade routes, they had access to the finest European, Asian, and American-made luxury goods, which they prominently displayed at home to underscore their social status.

    The exhibition presents some 160 objects from around the globe, including works from the Caribbean, whose key role is often overlooked in Spanish colonial art surveys, as well as some comparative British American pieces. Drawn primarily from the Brooklyn Museum’s collections, these artworks are displayed as they would have been in a grand Spanish American home of the time, following its series of rooms located on the piano nobile, or main upper floor. Here, above the bustling streets, strict protocol dictated who could enter these luxuriously decorated spaces, which proceeded from the most public reception rooms to the most private areas: the salón del dosel (baldachin room), the sala (grand reception room), the cuadra de estrado (women’s sitting room), the alcoba (state bedroom), the asistencia (family sitting room), and the oratorio (private chapel).

    Spanish Americans of all heritages emulated European collecting practices at home in an effort to elevate themselves in a social order that ranked Spaniards above people of New World birth—Creoles (American-born Spaniards) and people of indigenous and mixed race—and African enslaved people, at the bottom of the hierarchy. In practice, racial classifications were sometimes fluid. Mixed-race Spanish Americans in particular altered their perceived race and status through dress, marriage, falsified genealogical documents, and domestic display of luxury goods. To bring alive the different strata of New World society, the exhibition includes brief biographical profiles of five New World collectors and one painter alongside related artworks.

    The objects on view here reveal the daily life and social aspirations of those who resided behind these closed doors.

    Richard Aste
    Curator of European Art


    Puertas Adentro: Arte en la Casa de la América Española, 1492–1898 explora la vida privada y el lujo en los prósperos territorios españoles de ultramar. Gracias a los recursos naturales de la región y a su robusta economía, Hispanoamérica fue hogar de algunas de las personas más ricas del mundo durante el siglo XVIII. Al estar en medio de las principales rutas comerciales entre el Atlántico y el Pacífico, ellos tenían acceso a los más finos bienes de Europa, Asia y América, los cuales estaban expuestos en lugares privilegiados de sus casas para resaltar su estatus social.

    Esta exposición presenta alrededor de 160 objetos provenientes de distintas partes del mundo incluyendo obras del Caribe, cuya influencia e importancia son frecuentemente ignoradas en los estudios sobre arte colonial español. También se incluyen piezas de la América británica para dar una perspectiva más amplia de las Américas. Estas obras de arte, en su mayoría pertenecientes a las colecciones del Museo de Brooklyn, se presentan del mismo modo en que se hubiesen visto en las grandes casas hispanoamericanas de la época. La muestra está organizada como un recorrido a través de las habitaciones ubicadas en la planta noble, o piso superior. Allí, un estricto protocolo dictaba quienes podían acceder a estas estancias lujosamente decoradas, comenzando con los espacios de recepción públicos —el salón del dosel, la sala y la cuadra de estrado— y terminando en las áreas más privadas como la alcoba, la asistencia y el oratorio.

    De ascendencia variada, las élites hispanoamericanas emulaban las prácticas europeas de coleccionismo en un esfuerzo por elevarse dentro de un orden social que ubicaba a los españoles por encima de los nacidos en el Nuevo Mundo —criollos (españoles nacidos en América), indígenas y los de raza mixta— con los esclavos africanos en el último escalón de la jerarquía. En la práctica, las clasificaciones raciales solían ser fluidas. En particular, los individuos de raza mixta buscaban cambiar su raza aparente y su estatus social a través del vestuario, el matrimonio, la falsificación de documentos genealógicos y la exhibición doméstica de bienes de lujo. A fin de ilustrar los diferentes estratos sociales del Nuevo Mundo, la exposición incluye breves perfiles biográficos de cinco coleccionistas del Nuevo Mundo y de un pintor, con obras de arte relacionadas.

    Los objetos en la exposición reflejan la vida diaria y las aspiraciones sociales de quienes residían puertas adentro en esta parte del mundo.

    Richard Aste
    Curador de Arte Europeo
  • Salón del Dosel (Baldachin Room)
    The salón del dosel, or “baldachin room,” was the first reception room that special visitors entered after passing through an antesala (antechamber) in Spanish America’s grandest noble houses. Open only on important occasions, the space was named after the room’s focal point, an ensemble of a baldachin, or canopy, that crowned an armchair on a raised platform and either a royal portrait or Spain’s coat of arms. The 1695 Mexico City inventory of Doña Teresa Francisca María de Guadalupe Retes Paz y Vera’s salón del dosel lists five canvases, a red canopy with gilded fringe, and a grand walnut chair upholstered with the same fabric.

    The salón del dosel served as a shrine to the reigning king, who never set foot on American soil in the colonial period. The room was also a tribute to the crown for creating the family’s noble title. There, the king’s portrait was proudly displayed alongside other Spanish royal portraits, those of the viceroy (the king’s highest-ranking vassal in each viceroyalty), portraits of the family, and the family’s royally bestowed coat of arms.


    En las grandes casas de la nobleza hispanoamericana, el salón del dosel o “salón del baldaquín” era el primer cuarto de recepción al que selectos visitantes eran admitidos después de atravesar la antesala. Abierto solamente en ocasiones importantes, el espacio le debía su nombre al baldaquín o dosel que coronaba un sillón ubicado sobre una plataforma elevada bajo un retrato real o el escudo de armas de España. El inventario de 1695 del salón del dosel de doña Teresa Francisca María de Guadalupe Retes Paz y Vera en la Ciudad de México lista cinco lienzos, un baldaquín rojo con flecos dorados y un gran sillón de nogal tapizado con la misma tela.

    El salón del dosel servía como homenaje al monarca reinante, quien nunca llegó a pisar suelo americano durante el periodo colonial. El salón era también un tributo a la corona que había creado el título nobiliario familiar. Allí, el retrato del rey se presentaba orgullosamente junto a otros retratos reales españoles, como los del virrey (el vasallo real de más alto rango en cada virreinato), retratos de la familia y el escudo de armas familiar.
  • Sala (Grand Reception Room)
    Salas were the home’s most sumptuously decorated spaces. There, affluence was flaunted in defiance of the empire’s numerous pragmáticas, laws starting in the late fifteenth century under Ferdinand and Isabella to curb excesses in public and private display of wealth. Historical accounts of the contents of salas cite solid-silver furniture, imported silk wall hangings, and luxurious damask curtains combined in exuberant displays of opulence.

    Overlooking the street, salas welcomed everyone from government officials—including, in exceptionally elite cases, the viceroy—and visiting international dignitaries to local parish priests. Visitors were received according to a prescribed protocol, whereby guests presented official letters of introduction and stayed a set length of time. These rooms bustled with comings and goings of the many relatives, lodgers, and free and enslaved servants who made up the Spanish American household.

    Las salas eran los lugares más suntuosamente decorados de las casas. En ellas, la opulencia se presumía desafiando las numerosas pragmáticas del imperio, leyes dictadas a partir de fines del siglo XV bajo el reinado de Fernando e Isabel para ponerle freno a los excesos en la ostentación de riquezas en público y en privado. Recuentos históricos de los contenidos de las salas citan muebles de plata maciza, tapices de seda importada y lujosas cortinas de damasco combinados en exuberante opulencia.

    En las salas, que solían tener vista a la calle, se recibía a todos, desde oficiales del gobierno—incluyendo, en casos excepcionales, al virrey—y dignatarios internacionales, a sacerdotes de parroquias locales. Los visitantes eran recibidos de acuerdo a un protocolo establecido, donde los invitados presentaban cartas oficiales de presentación y esperaban un lapso de tiempo fijo. Estos cuartos rebosaban con las idas y venidas de los parientes, inquilinos, sirvientes y esclavos que formaban parte de la casa hispanoamericana.
  • Cuadra de Estrado (Women’s Sitting Room)
    The cuadra de estrado was where the mistress of the house received her guests after daily prayers at church. Its layout derives from Spanish homes from the period of Moorish rule (711–1492). Here, on a raised platform in a separate room or in a corner of the sala or alcoba set off by a folding screen, the women of the household and their guests passed the entire day sewing, gossiping, reading devotional texts, and smoking incessantly. The women sat cross-legged on cushions or very low chairs, almost without changing their position, while their male visitors sat on chairs just outside the platform. Servants would set out meals on low tables or atop small chests in which the ladies kept their needlework.

    Estrados were adorned with sumptuous carpets and tapestries, secular and religious paintings and sculptures, small cabinets filled with precious objects, and low tables on which water, chocolate, and maté tea were served.


    La cuadra de estrado era el lugar donde la dueña de casa recibía a sus invitados después de las oraciones diarias en la iglesia. Su disposición proviene de la tradición de casas españolas del período musulmán (711–1492). El estrado se disponía sobre una plataforma alzada y cubierta de alfombras en una habitación destinada a ello o en una esquina de la sala separada por un biombo. Allí las mujeres de la casa y sus invitados pasaban el día entero cosiendo, chismeando, leyendo textos piadosos y fumando constantemente. Las mujeres se sentaban con las piernas cruzadas sobre cojines o en sillas bajas, casi sin cambiar de posición, mientras sus visitantes masculinos se sentaban en sillas altas colocadas fuera de la plataforma. Los criados servían comidas en mesas bajas o sobre pequeños baúles de tapa plana en los cuales las damas guardaban sus bordados.

    Los estrados se adornaban con suntuosas alfombras y tapices, pinturas y esculturas seculares y religiosas. Además, había pequeños gabinetes llenos de objetos preciosos y mesas bajas sobre las cuales se servía agua, chocolate y té de mate.
  • Alcoba (State Bedroom)
    The alcoba, or state bedroom (called the recámara in New Spain), was a multifunctional space. Like the sala, it was decorated in grand style and intended primarily for receiving very important visitors. The bed, which was used only on important occasions such as childbirth, the consummation of a marriage, and the passing of a family member, was among the household’s costliest items, largely because of the precious textiles that accompanied it. The room also contained chests and other storage furniture, a cradle when needed for a newborn, a folding screen (biombo de cama) to enclose the bed for privacy, and perhaps a small table with a writing set.

    Other bedrooms in the home were simpler, but their arrangement and decoration would follow those of the alcoba. As a general rule, bedrooms had less furniture than other rooms in the home, but there would be a crucifix, religious paintings, small tabernacles, and sculptures, all of which played important roles in this semi-intimate space that witnessed major life events.

    La alcoba, o dormitorio de gala (llamado recámara en la Nueva España), era un espacio multifuncional. Como la sala, se decoraba lujosamente y se usaba principalmente para recibir a visitantes muy importantes. La cama, que se usaba sólo en ocasiones importantes como el parto, la consumación de un matrimonio o la muerte de un miembro de la familia, estaba entre los artículos más costosos de la casa, en gran parte debido a los textiles preciosos que la adornaban. El mobiliario también incluía baúles y otros muebles de almacenaje, una cuna cuando fuese necesaria para un recién nacido, un biombo de cama para otorgar privacidad y quizás una pequeña mesa con un recado para escribir.

    Los otros dormitorios de la casa eran más simples, pero su arreglo y decoración seguía el de la alcoba. Como regla general, los dormitorios tenían menos muebles que otras habitaciones de la casa, pero en ellos siempre había un crucifijo, algunas pinturas religiosas, pequeños tabernáculos y esculturas, objetos que jugaban un papel importante en este espacio semiprivado que era testigo de los acontecimientos importantes en la vida.
  • Entre la Ciudad y la Residencia de Campo (Between Town and Country Residences)
    The display of family wealth was not restricted to the bounds of the Spanish American house. Transportation and travel between urban town houses and country haciendas required not only some degree of comfort but also a show of magnificence. Sedan chairs and carriages, which functioned as mobile extensions of the domicile, were furnished with European glass windows, silk curtains, and cushions. Portable furniture was part of the luggage of the rich and facilitated travel between urban and rural dwellings. Rawhide traveling trunks, listed in colonial documents as petacas (leather trunks with embroidery in maguey fiber), were used to carry clothing, textiles, and small objects.

    Long trips were possible thanks to horses, which were introduced to the Americas by Christopher Columbus in 1493 on his second transatlantic crossing. Gentlemen churros (horsemen) in New Spain donned serapes, or rectangular wool garments worn folded lengthwise over one shoulder, while their mounts were equipped with elaborate stirrups of very fine craftsmanship. 


    En Hispanoamérica la ostentación de la riqueza familiar no se restringía a los límites de la casa. Mientras que el transporte y los viajes entre las casas urbanas y las haciendas de campo requerían de cierto grado de comodidad, el viaje mismo era también ocasión para un espectáculo de magnificencia. Las sillas de mano y carruajes, que funcionaban como extensiones móviles del domicilio, se embellecían con cristaleras de vidrio importado de Europa, cortinas de seda y cojines. Los muebles portátiles eran parte del equipaje de la gente adinerada y facilitaban el viaje entre las viviendas citadinas y rurales. Maletas de cuero sin curtir, catalogadas en documentos coloniales como petacas (baúles de cuero con bordado de fibra de maguey), eran usadas para transportar ropa, textiles y pequeños objetos.

    Los viajes largos eran posibles gracias a los caballos, que fueron traídos a las Américas por Cristóbal Colón en 1493 en su segundo cruce transatlántico. Los caballeros churros (jinetes) en la Nueva España llevaban sarapes, vestimenta de lana rectangular doblada longitudinalmente sobre un hombro, mientras que sus monturas estaban equipadas con elaborados estribos de artesanía muy fina.
  • Asistencia (Family Sitting Room)
    Only the family’s most trusted confidants were admitted beyond the home’s anterooms and reception rooms and through the semipublic estrado and alcoba into the asistencia (family sitting room) and gabinete (private study). In these intimate spaces, family members gathered and played music and card games, embroidered, read, and wrote letters. Easy chairs with pre-Columbian origins called butacas often served as seats for personal use. Private rooms were the only places where a reclining position was socially acceptable under strict Spanish etiquette.

    A 1784 inventory of the Mexico City house of the count of San Bartolomé de Xala describes the asistencia as richly decorated with yellow wallpaper adorned with silver and colored flowers and filled with sofas, chairs, tables, crystal mirrors and oil lamps of the latest fashion, religious paintings and sculptures, and “landscapes of hunting scenes painted on glass with black frames and gold edges.”

    Sólo los individuos más cercanos a la familia eran admitidos más allá de los espacios públicos de recepción (la antesala y la sala de recepción) y los semi-públicos (el estrado y la alcoba). La asistencia (cuarto de estar familiar) y gabinete (estudio privado) eran las habitaciones más privadas de la casa. En estos espacios íntimos, los miembros de la familia se reunían, tocaban música o jugaban a los naipes, bordaban, leían y escribían cartas. Sillas de origen precolombino llamadas butacas a menudo servían como asientos de uso personal. Los cuartos privados eran los únicos sitios donde adoptar una posición reclinada era socialmente aceptable bajo la estricta etiqueta española.

    Un inventario de 1784 de la casa en Ciudad de México del conde de San Bartolomé de Xala describe la asistencia como una sala lujosamente decorada con papel mural amarillo adornado con flores plateadas y de colores, llena de sofás, sillas, mesas, espejos de cristal y lámparas de aceite a la última moda, pinturas religiosas, esculturas y “paisajes de escenas de caza pintadas en vidrio con marcos negros con bordes de oro.”
  • Oratorio (Private Chapel)
    Privileged colonials often enhanced their New World status by obtaining permission from church authorities to dedicate a room in their homes as a private oratory, or chapel. These were not consecrated spaces, but Masses could be held there for the family, servants, and guests. The oratory, along with the estrado, was overseen by the women, who moved between the two spaces in their domestic lives and exercised the most influence on the furnishings and decoration of both. In 1629 Francisca Arias de Monroy, a resident of Santa Fe de Bogotá (now Bogotá, Colombia), was recorded as holding the key to her family’s oratory; her husband had never used it.

    Private chapels were often lavishly decorated. The 1664 inventory of the vaulted oratory in the Bogotá home of María Arias de Ugarte details not only all the necessities of the rites of the Mass but also a remarkable collection of sculptures and 114 paintings on canvas and vellum.


    Los colonos privilegiados a menudo enfatizaban su estatus en el Nuevo Mundo al obtener el permiso de las autoridades eclesiásticas para dedicar una habitación de sus casas como oratorio privado o capilla. Éstos no eran espacios consagrados, pero allí podían oficiarse misas para la familia, criados e invitados. El oratorio, así como el estrado, era supervisado por las mujeres de la familia, quienes se movían diariamente entre ambos espacios y ejercían la mayor influencia en la selección del mobiliario y la decoración de los mismos. En 1629 Francisca Arias de Monroy, una residente de Santafé de Bogotá (ahora Bogotá, Colombia), aparece registrada como custodia de la llave del oratorio familiar; su marido nunca la había usado.

    Las capillas privadas solían estar decoradas lujosamente. El inventario de 1664 del oratorio abovedado de la casa de Bogotá de María Arias de Ugarte no sólo incluía todo lo necesario para el ritual de la misa, sino también una colección notable de esculturas y 114 pinturas sobre tela y vitela.
  • Exhibiendo Estatus e Identidad Puertas Adentro (Displaying Status and Identity Behind Closed Doors)
    Over four centuries of Spanish rule, America’s Creole, indigenous, and mixed-race elite employed various strategies—among them the display of luxury goods at home—in an effort to actively improve their social standing. They adopted such strategies to circumvent the imperial system, which privileged white Europeans for the highest offices and imposed race-based restrictions on dress, marriage, occupation, and residence.

    Arranged chronologically, the Spanish American objects in this gallery (complemented by a group of comparative British American pieces) show how material possessions functioned as signifiers of status and of changing religious, political, and racial identities. The colonial period saw the Christianization of America’s indigenous population, the emergence of local forms of Catholicism, numerous Indian revolts, and the rise of a distinct New World identity that fueled the wars of independence of the nineteenth century. In 1898 the Spanish-American War ended the empire’s rule of Cuba and Puerto Rico, the last Spanish claims in the Americas.


    Durante los cuatro siglos del dominio español, los miembros de las élites criollas, indígenas y de raza mixta de América emplearon varias estrategias—entre ellas la exhibición de objetos de lujo en sus casas—en su esfuerzo por mejorar activamente su estatus social. Tales estrategias fueron en parte adoptadas para eludir al sistema imperial, que privilegiaba a los europeos blancos para los cargos oficiales más altos e imponía restricciones raciales basadas en la vestimenta, el matrimonio, la ocupación y el lugar de residencia.

    Distribuidos cronológicamente, los objetos de Hispanoamérica en esta galería (complementados por un grupo comparativo de piezas de la América británica) muestran cómo las posesiones materiales actuaban como indicadores de estatus y de la cambiante identidad religiosa, política y racial. El período colonial fue testigo de la cristianización de la población indígena de América, la aparición de formas locales de catolicismo, numerosas rebeliones indígenas y el surgimiento en el Nuevo Mundo de una identidad definida que fomentó las guerras de independencia del siglo XIX. En 1898, la Guerra entre España y los Estados Unidos puso punto final al dominio ibérico de Cuba y Puerto Rico, las últimas dos colonias españolas en las Américas.
  • Doña María de la Luz Padilla y Gómez de Cervantes
    Apart from her eminent lineage and a brief description of her in the Gaceta de México newspaper as “a distinguished Lady commendable for her virtue and charity for the poor and those in need,” little is known about the private life of Doña María de la Luz Padilla y Gómez de Cervantes (1734–1776). She was born in Mexico City to one of the viceroyalty’s most elite Creole families. The noble title of third marquis of Santa Fe de Guardiola was first bestowed on Doña María’s ancestor by Charles II in 1691. At age eighteen, she married her uncle, preserving the family’s bloodline. The portrait illustrated here is displayed in the Sala section of the exhibition.


    Aparte de su eminente linaje y de una breve descripción en el periódico Gaceta de México como “una distinguida dama encomiable por su virtud y caridad para con los pobres y los necesitados,” poco se sabe sobre la vida privada de Doña María de la Luz Padilla y Gómez de Cervantes (1734–1776), nacida en la Ciudad de México en una de las familias criollas más destacadas del virreinato. El título nobiliario de tercer marqués de Santa Fe de Guardiola fue inicialmente otorgado a un ancestro de Doña María por Carlos II en 1691. A los dieciocho años, se casó con su tío, preservando la línea de sangre familiar. El retrato ilustrado aquí se encuentra en la sección de la Sala en esta exhibición.
  • José Sarmiento de Valladares
    Viceroy José Sarmiento de Valladares’s (1643–1708) first noble title was count of Moctezuma; it appears prominently in the foreground of his official viceregal portrait (see illustration). Sarmiento de Valladares acquired it through his first marriage to María Jerónima Moctezuma y Jofre de Loaisa, the great-great- great-granddaughter of the last Mexica (Aztec) emperor, Moctezuma II (1466–1520). In the first years of colonization, the crown encouraged intermarriage between members of the Spanish and Indian elites in order to reinforce peninsular Spaniards’ claims to higher status in the New World. Two hundred years later, associations with the distinguished Moctezuma line were still providing peninsular Spaniards like Sarmiento de Valladares with political legitimacy.


    El primer título nobiliario del Virrey José Sarmiento de Valladares (1643–1708) fue el de conde de Moctezuma, destacado en primer plano en la inscripción de su retrato virreinal oficial (ver ilustración). Sarmiento de Valladares accedió al título a través de su primer matrimonio con María Jerónima Moctezuma y Jofre de Loaisa, descendiente del último emperador Mexica (Azteca), Moctezuma II (1466–1520). En los primeros años de la colonización, la corona fomentaba los matrimonios entre miembros de la élite española y la élite indígena con el objetivo de reforzar el mayor estatus de los españoles peninsulares en el Nuevo Mundo. Doscientos años después, la asociación con el distinguido linaje de Moctezuma aún proporcionaba a los españoles peninsulares, como Sarmiento de Valladares, legitimidad política.
  • María Angela Cachicatari
    María Angela Cachicatari’s six angel pictures were only a fraction of her magnificent collection, which included, according to her estate list in 1797, more than eighty paintings, sculptures, and painted prints displayed in nearly every room of her two Peruvian town houses and three country estates. Private collecting was a powerful way for Cachicatari, an unmarried woman of indigenous (Aymara) descent, to improve her social status in the eyes of those who entered her homes. Such visitors ranged from Spanish officers and priests, who classified the Aymara as indios amigos (friendly Indians), to the peasants working the farmland that probably fueled her New World fortune.


    Los seis cuadros de ángeles de María Angela Cachicatari eran sólo una fracción de su magnífica colección, que, según el inventario de sus posesiones en 1797, incluía más de ochenta pinturas, esculturas y grabados iluminados exhibidos en casi todas las salas de sus dos casas citadinas peruanas y en sus tres casas de campo. Las colecciones privadas eran una manera eficaz a través de la cual Cachicatari, una mujer soltera de ascendencia indígena (aimara), podía mejorar su estatus social ante los ojos de quien entrase a sus casas. Entre los visitantes se incluían desde oficiales españoles y sacerdotes, quienes clasificaban a los aimaras como indios amigos, hasta los campesinos que trabajaban sus tierras, la fuente de su fortuna en el Nuevo Mundo.
  • Teresa de Losada
    A painting of Saint Joseph is one of six religious pictures listed in the 1690 will of Mexico City’s Teresa de Losada, a mixedrace woman of African descent. Upon her death, the once-enslaved Losada owned a home (bought with money borrowed from her grandchildren), four ounces of pearls, and a pearl necklace and earrings. She left some of the money she earned as a washerwoman and moneylender for fifty Masses to be said for her soul. Such piety was shared by individuals of many heritages in New Spanish society.


    Una pintura de San José se cita entre las seis pinturas religiosas catalogada en el testamento de 1690 de Teresa de Losada, una mujer mestiza de ascendencia africana nacida en Ciudad de México. Al morir, Losada, quien fue una esclava liberta, era propietaria de su casa, comprada con dinero prestado por su nieto, además de cuatro onzas de perlas y un collar y aretes de perlas. Ella dejó también algo del dinero que ganó como lavandera y prestamista para que se realizasen cincuenta misas por el descanso eterno de su alma. Tal devoción era compartida por individuos de distinto origen en la nueva sociedad española.
  • José Campeche
    José Campeche (1751–1809) was colonial Puerto Rico’s celebrated mixed-race portrait and religious painter. He was the fifth son of a white Spanish woman from the Canary Islands and an enslaved Puerto Rican of African heritage who purchased his freedom after working as a painter and gilder. Campeche trained with his father and after his death took over the family studio. Among his elite clients were Puerto Rico’s Spanish-born governors, military officers and their wives (such as the sitter for the portrait on display nearby), and members of the upper clergy. 


    José Campeche (1751–1809) fue un celebrado pintor religioso y retratista mestizo en el Puerto Rico colonial. Era el quinto hijo de una mujer blanca de las Islas Canarias y de un esclavo puertorriqueño de ascendencia africana quien compró su libertad trabajando como pintor y dorador. Campeche inicialmente aprendió el oficio de su padre, y a la muerte de éste, se hizo cargo del estudio familiar. Entre sus clientes de élite se citan gobernadores de Puerto Rico nacidos en España, oficiales militares y sus esposas (como la modelo del retrato exhibido cerca), y miembros del alto clero.
  • Juan Garrido
    During Spain’s early expansion into Mexico, the black conquistador Juan Garrido (circa 1480–1547) encountered lords who, like Juan Tepetzin and his ancestors, were members of the indigenous Tlaxcalan elite. Garrido was a native of West Africa or possibly Portugal who crossed the Atlantic in 1503 as the enslaved servant of a white Spaniard. He participated in the Spanish conquests of Cuba and Puerto Rico before entering central Mexico, possibly in the retinue of Hernán Cortés. As a reward for his service, the crown granted Garrido his freedom, various minor posts, and, in 1525, a house plot in Mexico City’s traza, the residential quarter around the main square designed for white Spaniards and their descendants.


    Durante la expansión española temprana en México, el conquistador negro Juan Garrido (circa 1480–1547) se encontró con señores que, como Juan Tepetzin y sus ancestros, eran miembros de la élite de Tlaxcala. Garrido era nativo de África occidental o posiblemente Portugal y cruzó el Atlántico en 1503 como sirviente esclavo de un español blanco. Participó en las conquistas españolas de Cuba y Puerto Rico antes de entrar a México central, posiblemente como parte del séquito de Hernán Cortés. Como recompensa por sus servicios, la corona otorgó a Garrido su libertad, varios cargos menores y, en 1525, un solar en la traza de la Ciudad de México, barrio residencial alrededor de la plaza mayor, designado para españoles blancos y sus descendientes.

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